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23 El hombre de Dios terminó de comer y beber. Entonces el viejo profeta le ensilló un asno y el hombre de Dios se fue. 24 Mientras iba de regreso, un león lo atacó y lo mató. El cuerpo del profeta quedó ahí, y el asno y el león se quedaron parados junto al cadáver. 25 Otros viajeros pasaron por ahí y vieron el cuerpo y el león parado al lado. Así que los hombres fueron a donde vivía el viejo profeta y le contaron lo que habían visto en el camino.

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